Satafiros el dragón, y otros enredos del Medievo: La Edad Media como no la habías leído hasta ahora…. Empezamos esta novela con un título corto, concreto, conciso… vale, estoy de coña.
Esta es la historia de un pequeño condado llamado “Valle Profundo”, regido por un desequilibrado llamado Roberto el Pendenciero, quien a base de humillaciones y mofas ha conseguido que todas las parroquias vecinas gobernadas por sus primos, quieran pasarle el cuchillo por el pescuezo, a él y a todo sus vasallos.
Tras un accidente que inavilita a su Señor, la gente del condado dirigidos por un fraile, un soldado, una Dama enigmática y otros personajes de lo más variopinto, habrán de hacerse cargo de su gestión y de ingeniárselas para defenderse como puedan de sus vecinos, para así salvaguardar sus vidas y las de todos los habitantes del valle.
La novela transcurre en el medievo cuando los Italianos eran unos linces con los negocios, los Templarios salían por patas de Francia y cuando el poder se lo repartían entre los gobernantes, el Clero y la nobleza… (hay vá, como ahora… que curioso).
En este ambiente medieval y añadiendo simbología, frases y hechos de la actualidad se desarrolla esta historia de humor e intrigas, que te entretendrá un buen rato. Pero esto sólo es una opinión… y tú qué opinas?
Sinopsis
Crónica en forma de comedia de los hechos disparatados que acontecen debido a un accidente de caza. El alocado Roberto el Pendenciero, propietario de un paupérrimo condado, pierde el poco juicio que tenía. Sus vecinos, tras años y años de sufrir todo tipo de insultos, afrentas, más insultos y más afrentas, determinan arrasar el valle y exterminar toda vida para vengar hasta el último de los agravios.
Los habitantes de aquellas tierras, pobres y sin recursos, tendrán que enfrentarse con más o menos juicio, a las distintas amenazas que irán surgiendo durante el libro. En sus aventuras conocerán a los principales actores de la Edad Medía: el pujante comercio de la repúblicas italianas, la nueva economía, la caída de la Orden del Temple, la Santa Inquisición, duendes, la influencia de la Iglesia, milagros…, e incluso la inquietante presencia del afamado dragón Satafiros
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