El pasado 14 de Diciembre, se han cumplido los 105 años de la llegada de la primera expedición al Polo Sur. Su líder… el Noruego Roald Amundsen.
A finales del 1800 y principios del siglo XX, la gente estaba como loca por explorar el planeta, ser el primero en subir el Everest, el primero en sobrevolar el Atlántico, el primero en encender un fuego… no eso ya estaba… bueno, que todo el mundo quería ser el primero en algo y Amundsen estaba obcecado en ser el primero en llegar al Polo Norte, si, he escrito Norte porque era su primer destino, aunque acabó en la otra punta del globo, pero eso te lo explico más abajo.
El 14 de Diciembre de 1911, Amundsen y su pandilla plantaron tienda en el Polo Sur, o lo más cerca posible dados los medios disponibles para calcular su posición. ¿Sábes cómo se realizó esta fascinante expedición? Te lo contamos….
El Prota
Roald Engelbregt Gravning Amundsen (Amundsen en adelante) nació en Borge, una localidad Noruega el 16 de Julio de 1872. Hijo de un Capitán de Marina y de una madre que le intentó alejar del mar todo lo posible… (ha,ha!) estuvo convencido desde los 18 años en ser explorador.
A los 20 años se enroló en un barco de cazadores de focas y dejó los estudios de medicina que había comenzado para dar gusto a su madre.
Aprovechó durante un tiempo para buscar patrocinadores y aprender todo lo que pudo sobre navegación y supervivencia en las zonas polares conviviendo con esquimales, netsilik y demás gente de esos lares.
En 1903 Amundsen dirigió la primera expedición que recorrió el paso del Noroeste entre los océanos Atlántico y Pacífico. Objetivo que alcanzó en 1906, llevándose a la buchaca 20.000 Libras que ofrecía el Gobierno Británico al primero que lograra cruzarlo.
Al tiempo le picó el gusanillo para ir al Polo Norte y empezó a planear cómo abordaría tal empresa.
Expedición al Polo Sur

La expedición estuvo planteada en sus inicios para llegar al Polo Norte, ya que la zona le era ya conocida y también hay que decirlo, le pillaba más cerca de casa. Pero en 1909 se dio a conocer que las expediciones de Cook y Peary, en 1908 y 1909 respectivamente, habían alcanzado ese Polo y a Amundsen no le molaba ser el tercero, por lo que cambió 180º de destino.
Amundsen se hizo el longuis y no comunicó su cambio de planes, cosa que fastidió su relación con inversores y proveedores, pero aún con esas, él comenzó la expedición desde Noruega el 9 de Agosto de 1910 caminito del Polo Sur.
Cuatro semanas después de su salida, hicieron la única parada del viaje en Funchal, Madeira (Si, famosa por ver nacer a Cristiano Ronaldo, pero no viene a cuento) y siguieron rumbo durante 4 meses hasta que vieron los primeros icebergs. Mucha paciencia tenían por esa época para viajar. (Nos quejamos nosotros de los retrasos de la Renfe.. rite tú)

En Enero de 1911 construyen un refugio en la Bahía de las Ballenas, ya en la Antártida, desde donde saldrían a hacer expediciones y preparar almacenes que les servirían para más adelante.
El 3 de Febrero tuvieron la visita inesperada de “El Terra Nova”, nombre del barco de su riva,l el británico Robert Falcon Scott, que tras desembarcar a este y a parte de la tripulación en el Estrecho de Mcmurdo, había salido a explorar otro lugar donde atracar. Así que el tema se puso tenso, había que apretarse los machos para llegar el primero.
A partir de ahí prepararon los almacenes de abastecimiento a lo largo de la ruta a seguir, repartiendo entre ellos unos 2000 Kg. de suministros, más de 1000 Kg. de carne de foca y varios cientos de litros de parafina y se prepararon para pasar el largo invierno que duró de Abril hasta Julio. En este tiempo mejoraron los trineos e hicieron todo lo posible en mantenerse ocupados y animar al personal con parchises, mus y todo lo que se les ocurriera, ya que pocos bares había por la zona para entretenerse.
El 24 de Agosto Amundsen se propuso partir. Todo eufórico se despertó escuchando la canción de los Hombres G “Voy a pasármelo bien“, pero cuando se ponía las botas vió que fuera hacía -58ºC y se lo pensó mejor y se volvió a la cama. El 8 de Septiembre se ve que mejoró el tiempo y subió la temperatura a -27ºC, que para esos lares es calor, y se animó a intentarlo.

Y allí se fueron 7 hombres dejando a uno, más solo que la una, en la base Franheim. Con 7 trineos y 18 perros tiraron durante cuatro días a 24 km. por jornada, pero una tormenta y temperaturas de -56ºC, les obligaron a parar y refugiarse. En ese momento alguno dijo algo de haberse dejado el gas abierto o que se le habían olvidado los donuts y se volvieron a la base.
Finalmente el 19 de Octubre de 1911, cinco hombres, cuatro trineos, 52 perros y montones de tubos de crema para las manos (para eso eran Noruegos), se prepararon para dar comienzo a la travesía que les llevaría a ser los primeros seres en pisar el Polo Sur…. bueno, a lo mejor algún pingüino ya lo había pisado, pero al no haberlo dicho, no vale.
El 21 de Noviembre tras viajar una media de 25 km. diarios llegaron al Glaciar Axel Heiberg. Cruzarlo les costó más de la cuenta haciendo un día una etapa de 27 km. con un desnivel de 1500 m. No eran brutos ni ná.
A partir de ahí, comenzó la recta final de la excursión. De los 52 perros iniciales les quedaban 45, y de ellos sólo escogieron a los 18 más fuertes. Al resto los sacrificaron,… vaya tela! Cada conductor mató a sus propios perros, acción que minó la moral de la expedición (no me extraña), pero no les quedaba más narices que hacerlo para: o llegar a su meta o cascarla.

Cargaron tres trineos con provisiones para 60 días y el resto lo dejaron en un almacén para asegurarse papeo para el regreso.
Mientras se acercaban al Polo, estaban moscas y creían ver indicios de la otra expedición por todos lados, pero nadie les seguía de cerca, ni de lejos.
El día 14 de Diciembre llegaron a las proximidades del Polo Sur, izaron una bandera de Noruega, bautizaron aquella zona como la Plataforma del Rey Haakon y se supone que brindaron con algo y comerían unos panchitos.
Durante varios días se dedicaron a realizar mediciones para confirmar su posición y cuando se quedaron agusto, montaron una tienda dejando provisiones y material para la expedición de Scott. También dejaron una carta a Scott dirigida al Rey de Noruega Haakon, pidiéndole a Scott, que se la hiciera llegar a su majestad, cosa que lamentablemente no pudo realizar.

El día 18 de Diciembre iniciaron el regreso a casa con algo de prisa, Amundsen quería llegar antes que Scott a la civilización ya que por aquel entonces lo del Twitter o el Wachap no se estilaba demasiado y el primero en volver se atribuiría la hazaña y vete tu a demostrar que el otro ha hecho trampa.
Viajando incluso de noche, aunque en esa época del año hay 24 horas de Sol, llegaron el 4 de Enero al almacén de “La Carnicería” y comenzaron el descenso de las Montañas Transantárticas. El 6 de Enero, no pudieron disfrutar los juguetes y esas cosas, apretaron la marcha y se marcaron hacer 50 km diarios, llegando a la base Framheim el 25 de Enero.
Tras 99 días y casi 3000 km recorridos, los cinco hombres, dos trineos y sólo 11 perros, terminaron uno de los viajes de exploración más famosos de la historia llegando de nuevo a la base Framheim.
Tras una escueta celebración, ducharse y demás, salieron por patas de allí destino Tasmania. Cinco semanas después, ya calentitos en Hobart, Amundsen se dedicó a mandar telegramas a todo el mundo, para dar a conocer su hazaña, aún sabiendo que no había noticias de Scott y de su expedición, no fuera a ser que se adelantara.
A partir de ahí todo fueron elogios, medallas, charlas y viajes para contar y dar a conocer su gran hazaña, ser el primer hombre en pisar el Polo Sur.
Más adelante en 1926 Amundsen junto a Oscar Wisting, que ya le acompañó al Polo Sur, cruzaron el Polo Norte en Dirigible convirtiéndose en las dos primeras personas en estar en los dos Polos. Pero esto es otra historia…
Pero.. ¿Quién se acuerda del Capitán Scott?
Como bien cantaron los de Mecano, ¿Qué pasó con el Señor Scott y sus hombres?…
Con la musiquilla en la cabeza y junto al resumen cantado por Ana Torroja os confirmamos que la cosa no pintó bien para D. Scott y sus hombres desde un principio:
- Scott inició su expedición unos 100 km. más lejos del Polo que Amundsen. Mal.
- Salieron dos semanas más tarde que los noruegos, cosa que a la larga fue… Mal.
- Fueron a pie, con esquís y los trineos los usaron para el material. Mal.
- Sus abrigos eran de lana “super trupi”, en vez de piel de oso como los de Amundsen. Mal.
- Los trineos eran tirados por ponis siberianos, cosa que a la larga fue fatal para ellos y para los ponis. Mal.
- Scott llegó a la tienda plantada por Amundsen en el Polo un mes y pico después de este y con las mismas se volvió. Fatal, imagínate el bajón.
- A la vuelta los víveres y combustibles de los almacenes temporales se había congelado y nos les servía para nada. Mal.
Durante el regreso a su base les pasó de todo, tormentas, falta de suministros, los ponis cayeron como moscas… un despropósito y uno a uno fueron quedándose por el camino. Evans el 17 de Febrero, Oates el 17 de Marzo y Scott, Wilson y Bowers alrededor del 30 de Marzo de 1912. Fueron encontrados en una tienda de campaña congelados unos seis meses después. Fueron enterrados en ese mismo lugar.

En definitiva, los exploradores de aquella época eran de otra pasta,.. se les metía algo en la mollera y hasta que no lo conseguían no paraban, aunque fueran a una muerte cierta. Ahora no me voy yo de expedición ni a la Morcuera y mucho menos sin pasar por el Decat y comprarme todo lo habido y por haber para ir bien calentito…
En fin, si te ha gustado esta aventura y quieres más, te recomiendo que le des una vuelta a estos libros que estamos seguros te encantarán…
Amundsen – Scott: Duelo en la Antártida
Sinopsis
Este libro cuenta la historia del descubrimiento del Polo Sur, de un desafío, de la última gran exploración, la última gran aventura que el ser humano podía acometer en su planeta; después de lograrlo ya no le quedaría nada más, tan sólo salir al espacio o llegar a la Luna. Un desafío que cada uno de los dos protagonistas, Roald Amundsen y Robert F. Scott, decidió acometer de acuerdo con sus propias experiencias y en el marco de un tipo diferente de expedición. Uno volvería para ganar, el otro para perder, los dos para encontrar la gloria.
Versión para Kindle – Versión Tapa Blanda
El peor viaje del mundo: La expedición de Scott al Polo Sur
Sinopsis
La exploración polar es la experiencia más cruel y solitaria imaginable. El explorador británico Apsley Cherry-Garrard nos lo cuenta a través de sus vivencias en la expedición del capitán Scott al Polo Sur (1910- 1913), en la que éste y tres de sus hombres hallaron la muerte. A partir de las anotaciones que dejó Scott y, sobre todo, de su propia experiencia, Cherry-Garrard reconstruye en este libro aquellos tres años de penalidades y heroísmo.
La Conquista del Polo Norte
Sinopsis
Desde comienzos del siglo xix, el Polo Norte encendió la imaginación y avivó el deseo de exploración y conquista de numerosos aventureros, científicos, expedicionarios o simples lunáticos, que sin duda veían en aquel lugar geográfico algo más que «un punto sin extensión, magnitud o grosor alrededor del cual gira el eje terrestre». Se rumoreaba que aquellos inaccesibles parajes escondían una misteriosa isla de basalto; otros sostenían la existencia de un inmenso mar cálido, y fueron muchos los que arriesgaron la vida con tal de acercarse a los ansiados 90º de latitud norte.En esta trepidante y absorbente crónica, seguimos los pasos de exploradores como John Franklin, Elisha Kent Kane, Fridtjof Nansen o Robert Edwin Peary, quien supuestamente fue el primer ser humano que pisó el polo en abril de 1909. En estas arriesgadas travesías, más de un jefe expedicionario desapareció para siempre con toda su tripulación en aquellas desoladas regiones; otros sobrevivieron a duras penas al escorbuto, a la congelación de manos y pies, a temperaturas de casi 70º bajo cero, a los mares helados y a sus propios delirios de grandeza. Basándose en el vívido testimonio de los diarios de a bordo, en los relatos periodísticos de la época y en una exhaustiva documentación, Fergus Fleming reconstruye en estas páginas una de las últimas epopeyas de la humanidad, en la que se mezclan rivalidades internacionales, afán de aventuras y el heroísmo más desinteresado.
Si lo que te van son las aventuras, pero con climas un poco más “calentitos”, puedes darle una ojeada a estos otros clasicazos: